viernes, 19 de noviembre de 2010
Si McLuhan levantara la cabeza
Pocos se acuerdan hoy de los visionarios que vaticinaban un mundo sin fronteras. Un mundo enorme y diminuto que sería confeccionado a escala humana. Un mundo que McLuhan acertó en denominar "la aldea global". Hoy, no sé cuántos años después, todos paseamos por este fantástico pueblo invisible, saludándonos, y saliendo al encuentro, para seguir haciendo lo que bien sabemos hacer: nacer, crecer, envejecer y morir. Pero con más público delante, y menos pudor.
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