Si Robin Hood se presentara a las elecciones, yo también lo votaría. Pero no por guapo, ni por listo, ni por bueno. Ni tan siquiera porque al final se queda con la chica. Lo votaría por no votar a ningún partido conocido, y también por ver en La Sexta cómo el ladrón de ladrones expropia a las ricas esposas de este país. Si Robin de los Bosques se presentara a las próximas, su equipo de campaña eliminaría la palabra "crisis" de los discursos para hacer diana en la burbuja del desánimo. Si la personificación del sentido común se presentara a las elecciones, lograría congregar los votos del interés individual.
¿Recuerdas todo el revuelo con la encuesta que valoraba la posibilidad de que Belén Esteban se presentase a las elecciones? Lo que no se supo interpretar entonces fue que si hiciesen la misma encuesta cambiando el nombre por el de alguien mínimamente respetable, se llevaría las elecciones por mayoría absoluta. Que no reflejaba pasión por la esteban sino que para los españoles la clase política actual es uno de los tres problemas más importantes de España.
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada, es genial; yo también votaría a Robin Hood.
Querido C.P. Weiller, imagínate la que se podría organizar si un sujeto corriente, con una vida corriente, montara el Partido de la Gente Corriente... ¡Máxima identificación con el electorado! Personalmente creo que Yola Berrocal, al igual que la Esteban, tuvo su momentum político y no lo supo aprovechar. Una lástima!
ResponderEliminarNo sé yo si éste saldría corriendo al bosque a esconderse, con la que hay montada...
ResponderEliminarPero votar a un populista tiene también sus riesgos.
ResponderEliminarAl menos el señor Hodd se definía a sí mismo como "el príncipe de los ladrones". Los políticos actuales no tienen valor para eso.
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