sábado, 11 de diciembre de 2010

Si todos hablásemos el mismo idioma

Si todos hablásemos el mismo idioma, los profesores nativos perderían el sexappel que obtienen en cada pueblo ibérico donde montan una academia. Además del negocio, si todos hablásemos el mismo idioma correríamos el grave riesgo de perder nuestras propias excusas y malentendidos, lo cual no es muy recomendable viendo el mundo cómo está. Pero, a cambio, si todos habláramos una sola lengua, tendríamos todas las ventajas que nos ocultan los temerosos de Dios y los teachers cuando desembarcan en los pueblos. Google jubilaría su traductor pirata. Las cartas de los restaurantes ya no parecerían álbumes de boda pringosa. Y por fin, y esto es lo más sensible, dejaríamos de pagar por seguir desaprendiendo inglés. O, mai god!

5 comentarios:

  1. Por no hablar del arrobo consustancial a la persona que nos encandila hablando raro, sumando a sus encantos el hecho inaprensible de su procedencia foránea, casi celeste: otro factor de enamoramiento.
    ¡Que vivan los que hablan raro!

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  2. Querido Paseante: ¡Y fuera las clases de dicción, fuera el bolígrafo entre los dientes para pronunciar las eshes correctamente! Si Demóstenes levantara la cabeza...

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  3. Esto pasa por esa megalomanía de construir rascacielos. Babel antes, las torres gemelas ahora. Siempre se derrumban por culpa del desentimiento.
    Pero yo diría que Liberta anda algo resentida. De seguir así no aprobará el curso.

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